lunes, 9 de diciembre de 2013

No hay nafta que le venga bien

Riquelme se lesiona frente a All Boys
El equipo de Carlos Bianchi se asemeja a un auto con “achaques”. Tiene un tren delantero bárbaro, con buena amortiguación y hambriento de seguir rompiendo redes. Eso se denota con tan sólo observar la tabla de goleadores y encontrar a Emanuel Gigliotti con 8 tantos.

Pero Boca Juniors, en este año, nunca quiso ser una Ferrari y mucho menos correr en la Fórmula 1. Sólo logró ser un auto de paseo e incluso en ocasiones se quedó sin nafta. Está muy claro que las luces de “stop” no le funcionan y que los espejos laterales, jamás encontraron la seguridad para ir continuamente al ataque. Esta temporada el motor fue marca Agustín Orión, porque Fernando Gago se lesionó más de lo que jugó. Por algo, el arquero Xeneize seguramente formará parte del Seleccionado Nacional en Brasil 2014.

Juan Román Riquelme no precisa de mucho análisis, decir que es un crack y que siempre cambia los partidos es más de lo mismo. Lo que nadie dice es que “El Torero”, pese a ser el último enganche y romántico del fútbol, ya no será lo que fue. Es un carburador que necesita un cambio, el aceite ya está viscoso y su homocinética tiene pocas chaces de reparación. Aunque él insiste en no aflojar sus tuercas.

La caja de cambios, comandada por “El Virrey”, nunca encontró en el banco de suplentes ninguna solución ante las seguidas emergencias. La batería, que en oportunidades parece ser Juan Manuel Sánchez Miño y en otras Juan Manuel Martínez, no tiene el ácido necesario, para que todo el vehículo tenga la energía suficiente para funcionar acorde al circuito que la AFA (Asociación del Fútbol Argentino) plantea.

Todo deja entrever que Boca Juniors tendrá que ir rápido al taller. Hacer el cambio de aceite y filtro, cambiar bujías, mantener el motor limpio, tener un carburador de repuesto, controlar la alineación y balanceo, buscar alguna luz de stop nueva, hallar un espejo lateral sano y novedoso, tener una buena caja de cambios, renovar chasis y sobre todo pisar a fondo el acelerador. Cada arreglo contribuirá a que el tercer ciclo de Bianchi, sume alguna estrella al el próximo año. Ayer, en el empate ante Gimnasia y Esgrima de la Plata por 1 a 1, se vio que la nafta la pone la hinchada, pero para que todo funcione tiene que haber un auto acorde a su nivel.

Falta poco para que termine diciembre y está definido que otras escuderías, que en el último tiempo acostumbraron a ganar, van a llevarse el Torneo Inicial 2013. Boca Juniors pasará un nuevo año sin copa para brindar y con varias cosas por cambiar, por lo tanto el experimentado mecánico tendrá mucho para trabajar y solucionar.

Por Gastón Ezequiel Sosa.

jueves, 31 de octubre de 2013

Adiós 2

En el fútbol profesional no hay malos futbolistas. Si algún fanático le grita “burro” a un deportista desde las gradas, significa que nunca pudo estar a su lado para gritárselo en la cara. Un defensor que sale desde el fondo con un pelotazo y sólo sabe frenar al rival a patadas “inocentes” no es un mal jugador. Es una persona que es utilizable. Hay futbolistas que son útiles para jugar de enganche, para ser arqueros, volantes o goleadores. Y están los que son, como Rolando Schiavi, buenos defensores.

Ayer se retiró Schiavi, un central que supo ganar dos Copas Libertadores de América, una Copa Intercontinental, dos Copas Sudamericanas, una Recopa Sudamericana, una Copa Argentina y cinco Campeonatos Nacionales en Brasil y Argentina. Sin embargo, a los 40 años le llegó la hora de decirle chau a las tibias rivales, a los penales no cobrados, a los agarrones en el área, a todos sus goles de cabeza y a sus penales convertidos. Fue uno de esos deportistas que los de la tribuna no quieren que se retire nunca, de esos que todavía pareciera que tienen más para dar. Se dio el gusto de debutar en la selección con 36 años y quedar en la historia como el más veterano en estrenarse con la albiceleste.

El destino quiso que “El Flaco” se retirase en China, un país con poca historia futbolística. Pero esté hombre, de piernas alargadas y mucha técnica, supo jugar en los mejores equipos de Sudamérica como lo son Boca Juniors, Estudiantes de La Plata, Newell’s Old Boys de Rosario y Gremio de Porto Alegre. Con todos esos equipos ganó algo e incluso mucho. Se puede decir que fue un jugador que siempre estuvo a la altura de las circunstancias.

Su futuro está relacionado con dos amigos entrañables, que también son ex jugadores de Boca Juniors. Ellos son Roberto Abbondanzieri y Martín Palermo, los actuales conductores de Godoy Cruz de Mendoza. Un equipo que va a tener el placer de entrenarse con tres ex futbolistas que ganaron muchos campeonatos en su historia y además supieron defender la camiseta de las Selección Argentina. El equipo mendocino contará con la experiencia de tres campeones del mundo (Copa Intercontinental) y tres deportistas que supieron definir bien el término “utilizable”.

Por Gastón Ezequiel Sosa.

viernes, 30 de agosto de 2013

Fiesta de final


Suenan los tambores desde la segunda bandeja. Los papelitos caen sin destino ni final. La hinchada rival, agazapada en la tercera tribuna del lado del Riachuelo, mira asombrado el espectáculo. Lo disfruta, pero cada hincha sabe que el miedo corre por sus venas. ''La 12'' canta, la gente se enloquece. Es noche de Copa Libertadores. La final contra Gremio de Porto Alegre. Los jugadores brasileros sienten que la Bombonera “late”. Les tiemblan las piernas. 50.000 almas gritan “Boca mi buen amigo...”. Se esfuerzan al máximo para invadir de temor al contrario sin necesidad de lastimar a nadie.

Oscar “Cacho” Laudonio, fiel a su costumbre, agita la bandera. Aquel emblema pasea por el aire acompañada del escudo y sus estrellas. Todo indica que Boca Juniors va a salir al campo de juego. La gente comienza a cantar más fuerte, las voces se llenan de emoción y los brazos se agitan fuertemente.

Está todo dado, el jugador número doce ya calentó y está preparado para que empiece el encuentro. El rival, espantado, espera a que salga el equipo local. Los juegos de artificio empiezan a explotar en el cielo. Las luces ya son de todos los colores. La noche se hace día por unos minutos. Martín Palermo asoma su cabeza. La gente delira y ensordece a todos. Los papelitos vuelan alto. Salió Boca. Juan Román Riquelme camina lento, como quien premedita que va a hacer un golazo. Los de Gremio miran incrédulos. Es una final y hay que ganar. Comenzó el partido. Sólo los hinchas saben cómo puede terminar.


Por Gastón Ezequiel Sosa.

jueves, 22 de agosto de 2013

Detrás del juego


Por nuestros días el packaging de un futbolista cobra más relevancia que su contenido. Con el correr de la historia, la valentía, destreza, sentimiento, entrega y virtudes fueron quedando fuera de las canchas. Al mismo tiempo en el cual Diego Armando Maradona comenzaba su carrera se daba inicio a un fenómeno que parece no tener final. La televisión, las marcas, el capitalismo y el dinero, se llevaron por delante el espectáculo del deporte más practicado en Sudamérica.

Abalado por el desinterés de la Fédération Internationale de Football Association (FIFA), las marcas se tornaron dueñas de los jugadores. También a los clubes, la misma federación, fue transformando en empresas. La final de la Copa del Mundo del 2002, desarrollada en Corea del Sur-Japón, fue una revancha para Ronaldo. No para el portugués, Critiano Ronaldo, que hoy se peina antes de ejecutar un tiro libre porque usa “Clear”, sino para el brasileño que fue uno de los mejores goleadores de los últimos 20 años.

Cuatro primaveras antes de jugar en Asia, en Francia se había disputado la final de la Copa del Mundo. Ese trofeo se quedó en las vitrinas de la federación del país local. Los franceses le ganaron dicho certamen a Brasil por 3 a 0. En ese encuentro, Ronaldo, fue sólo la simple sombra de lo que era realmente. Al crack brasileño lo vestía Nike, como a toda la selección. Dicha empresa, capitalista y estadounidense, al parecer presionó para que el jugador estuviera en ese encuentro aunque no se encontraba en las mejores condiciones físicas. El hombre que facturaba millones de dólares por esos días, a pesar de que en su niñez no tenía dinero ni para el colectivo, sufrió una crisis nerviosa acompañada por violentas convulsiones horas antes del partido definitorio. Sin embargo, fue el 9 titular y pudo exhibir sus R-9, pero no dieron el mejor resultado.

Pero como se sabe en el 2002 tuvo su revancha. Le ganó la final a Alemania, en el primer partido que jugaban estos dos equipos en un mundial, por 2 a 0. Allí se dio el gusto de ser campeón junto a otros “R”: Ronaldinho, Rivaldo y Roberto Carlos. Ronaldo, con sus dos goles en ese partido, sumó la quinta copa para su país y al mismo tiempo empardó a la empresa Adidas, que desde el mundial de 1954 había levantado cinco veces la copa del mundo vistiendo selecciones. Hoy las dos empresas líderes del mercado mundial de deportes, visten a los dos mejores jugadores del mundo y a los dos equipos más poderosos de España y de Argentina.

Por Gastón Ezequiel Sosa.

jueves, 25 de julio de 2013

Atlético Mineiro campeón de la Copa Libertadores

Se divirtieron, rieron y jugaron lindo. Los brasileros se quedaron nuevamente con la Copa Libertadores. Esta vez le tocó al Atlético Mineiro que venció a Olimpia de Paraguay por penales (4-3). Fue en Belo Horizonte donde, bajo un marco imponente provocado por el público, el equipo capitaneado por Ronaldinho convirtió los dos goles que necesitaba para empardar la serie y llegar a los tiros desde los doce pasos. De esa manera obtuvieron por primera vez en su historia el preciado título.

El encuentro de vuelta se desarrolló como se preveía, con el equipo local que planteo un esquema ofensivo y con Jó (goleador de la Copa con 7 tantos) con el arco entre ceja y ceja. Olimpia había ganado 2 a 0 en la ida y los campeones salieron con todo para empatar la serie. El arquero del conjunto paraguayo, Martín Silva, defendió muy bien el arco mientras llovían centros de los brasileros. Fue de esa forma como a los 58 segundos, de la segunda etapa, Jó consiguió el descuento para Mineiro. Se dio mediante una pirueta luego de un centro que arrojó, sin mirar, el mediocampista Rosinei. En ese instante las ilusiones de las 58 mil almas, que coparon el estadio, se encendieron. Sólo faltaba el empate o quizás ganar para festejar por primera vez la obtención de la Copa Libertadores, en sus 105 años de vida.

La angustia no cesaba y la desesperación empezaba a ser el actor principal de los jugadores brasileros mientras el reloj se comía los segundos. Sin embargo, a falta de cuatro minutos para culminar el partido, con un cabezazo excelente, Leonardo Silva convirtió el gol del empate de la serie y enterró a todos los fantasmas que rodeaban el campo de juego. Era el 2 a 0 y el encuentro llegaba a su fin. Fue así como terminó todo y cada equipo se juntó para darse fuerza para los próximos 30 minutos que todavía había por jugar. Aunque los paraguayos, que ya pensaban en los penales, recién allí se enteraron de que había tiempo extra.

Se jugó, se sufrió y llegaron los tiros desde los doce pasos. Víctor, arquero del equipo local, se puso los guantes salvadores y contuvo el primer penal. La ventaja ya estaba del lado brasilero y todo culminó en el quinto tiro que ejecutó el argentino Matías Giménez para Olimpia. La pelota se estrelló en el vértice del arco y salió despedida hacia el centro de la cancha, como lo hizo Víctor para festejar junto a todos sus compañeros que rezaban por ganar la Copa. La alegría fue para Brasil y la Copa Libertadores se quedó por segunda vez consecutiva en aquel país. Mientras tanto el fútbol brasilero se nutre de futbolistas de primer nivel y disfrutan de la magia de Ronaldinho, que seguramente será el 10 de Mineiro en el Mundial de Clubes que jugarán junto al Bayer Munich a fin de año.
Por Gastón Ezequiel Sosa.

miércoles, 26 de junio de 2013

Sólo Ángeles Rawson sabe quién fue

Caminaba por la calle como cualquier otro día. Se dice que iba o que volvía del colegio. Algunos ni siquiera saben si llegó a algún lugar de los que por esos días era común que se la encontrara. Mientras transitaba por la calle, pocas cámaras, que luego fueron un herramienta más para la investigación, le seguían sus cortos pasos. Hasta ese momento su corazón, de apenas 16 años de vida, latía. Aquella adolescente era una chica más en la Argentina. El país no se conmocionaba al oír su nombre. Su vida, por lo que no se sabe, era normal y Ravignani 2360 no se había convertido en un lugar turístico para el morbo de los extranjeros.

Pasaron 16 días desde que encontraron muerta a Ángeles Rawson en el CEAMSE de José León Suárez, y la investigación sigue su rumbo. El encargado Jorge Mangeri, que algunos sospechan que sólo es el “perejil” del caso, continúa detenido. Dos vecinas lo acusan de acosador y ya la abogada del padre de la víctima, Franklin Rawson, va a citar a declarar a una de ellas. El padrastro, que fue indagado, por ahora sigue en libertad y la madre espera justicia. La vida de Ángeles fue detenida pero por ahora no hay ningún culpable y muchas dudas. Argentina reclama verdad y que esta vez haya responsables, que no pase lo mismo que sucedió con Candela.

Muchos especulan que detrás de esta muerte está el poder, el dinero e intereses. Los peritos dicen que no hubo abuso sexual. Sin embargo, el abogado del “portero”, Miguel Ángel Pierri dice: “Si hubo acoso sexual dejo el caso”. Entonces las contradicciones llegan, las hipótesis se instalan y la justicia sigue lenta como de costumbre. Allí la memoria empieza a recordar a Maximiliano Kosteki, Darío Santillan, José Luis Cabezas y los desaparecidos por la dictadura. En ese momento uno se pregunta si esta vez habrá condenados por muertos inocentes. Y ahí llega la esperanza de que se llegue hasta el final, los que tengan que pagar paguen y que no sólo sean los muertos los que sepan quién fue.


Por Gastón Ezequiel Sosa.

viernes, 17 de mayo de 2013

La muerte se llevó a Videla

Foto: Clarín.

Muchos argentinos se fueron a dormir y nunca más volvieron a ver a sus hijos, esposas, esposos, padres o amigos. Anoche él se fue a dormir y hoy murió sin decir una sola palabra de todo lo que hizo y además, tuvo la suerte de no ser secuestrado, torturado, desaparecido o tirado desde un avión al Río de la Plata. Cómo es posible que a nadie se le haya ocurrido, aunque hubiese sido un delito, hacerle pasar, al fallecido Jorge Rafael Videla, todo lo que sufrieron sus víctimas. Quizás porque en este país no hay personas tan malvadas como lo era él. Sólo Ricardo Alfonsín con aquel juicio a sólo dos años de asumir como presidente, y Néstor Kirchner en el instante en el cual le ordenó a Bendini que bajara el cuadro de ese asesino trajeado que todavía buscaba ser ejemplo en el Colegio Militar, lograron provocarle un poco de daño moral al genocida.
Luego de una descompensación que lo llevo a cerrar sus ojos para siempre, Videla murió dormido. Esos mismos ojos, que fueron los testigos de tanta crueldad y de tanta gloria deportiva manchada de sangre, se cerraron y ahora se abrirán en un “más allá”. Dios fue tan bueno con él que se lo llevo mientras descansaba no en paz. Al momento que encontraron su cuerpo, ya estaba sin vida y no había posibilidad de realizar ninguna reanimación. Su mirada que escondía miles de asesinatos, robos de bebes, torturas y demás, seguramente volverán a abrirse pero con otro panorama. Ya no estará más en su celda de Marcos Paz, el ámbito será ardiente y terrorífico, sin antes ser recibido por las más de 30.000 almas que sacó de la tierra con sus ordenes nefastas. Esas mismas almas seguramente lo sujetarán y lo tirarán hacia el infierno en donde la oscuridad y el miedo se apoderarán de su débil cuerpo. Después la eternidad decidirá. La justicia divina sabrá qué hacer con su ser, pero esta vez Videla no podrá pretender organizar un mundial de fútbol para tapar todo. En esta oportunidad no será el poderoso de turno y no tendrá en su poder órdenes perturbadoras y delictivas.
Argentina sigue su rumbo hacia un país cada día más democrático y con libertad de opinión y acción. Sin embargo, todo lo que se cuente de Videla, de ahora en más, será pequeño. Las nuevas generaciones no tendrán dimensión (ya no la tienen) de lo que provocó esta persona en la Argentina. Las historias plasmadas en libros y textos históricos no reflejarán en su totalidad las barbaries que consumó este hombre. Lo que sí quedará por siempre es un NUNCA MÁS y una rara sensación, porque ninguna muerte causa alegría, pero hay algunas que no entristecen.


Por Gastón Ezequiel Sosa.

martes, 14 de mayo de 2013

Un día para festejar por siempre

Ya de purretes comienzan a patear. No importa el objeto, sino el fin, que es concretar aquel gol que los consagra en cualquier patio, de alguna casa, de ese barrió perdido en un recóndito lugar del país. Esos futbolistas, que nacen con el don de hacer gritar goles por doquier, también tienen su día especial para festejar. Se da cada 14 de mayo, en honor a los dos goles convertidos por el jugador Ernesto Grillo, hace 60 años, frente a Inglaterra en el “Monumental”. Ese encuentro fue la primera victoria para la Selección Argentina (3-1)  sobre “los padres del fútbol”. Y aunque “El Pelado” había logrado dos conquistas, en la memoria de los casi 85.000 argentos que estuvieron presentes, sólo quedó el recuerdo del primer gol, que con un ángulo imposible para el disparo, concretó frente a la piadosa mirada del arquero inglés.

Grillo, el hombre que supo debutar en la primera de Independiente, ganar la liga italiana con el AC Milan en 1959 y salir tres veces campeón con Boca Juniors, nunca habrá imaginado que su golazo iba a generar la inmortalidad de un día tan especial para sus futuros colegas. Sin embargo así fue, y esos chicos que entrenan con lluvia, frio o calor, y llegan a la primera del fútbol argentino lo van a festejar de por vida gracias a él.

Porque para el verdadero futbolista la fama y el dinero no son nada sin que un estadio grite su nombre y ni tampoco un lujoso auto se compara a convertirle un gol a su eterno rival. Porque la alegría de Grillo no pasaba por lo material, por más que el ex Presidente Juan Domingo Perón le regaló un Mercedes Benz luego de ganar la Copa América en 1955. Su satisfacción pasaba por entrar a una cancha y que la gente gritara por él, se divirtiera y disfrutara de un triunfo en sus pies. Ernesto podría haber dejado la más valiosa herencia monetaria, aunque no fue así, lo mejor que dejó es que cada futbolista tenga su día y sea feliz por eso. Gracias Grillo, gracias fútbol, gracias nene. Nunca dejes de patear.

Por Gastón Ezequiel Sosa.

lunes, 22 de abril de 2013

Boca Juniors empató y sufre

Ayer, en La Bombonera, el Xeneize cosechó el sexto empate en el Torneo Final 2013. Fue un rotundo 0 a 0 frente a Belgrano de Córdoba por la décima fecha. Aunque al equipo de Bianchi le anularon mal un gol, no mereció ganar y de esta forma llega a la misma ubicación que Vélez con nueve puntos.
Foto: ESPN.
Boca Juniors es un equipo que aparenta más de los que es, pero es menos de lo que aparenta. En un partido trabado que no dio garantía de buen juego en ninguno de los 90 minutos, el conjunto de La Rivera, volvió a empatar. Esta vez el coprotagonista fue Belgrano de Córdoba que supo ser beneficiado por el árbitro Juan Pablo Pompei. En los primeros minutos del encuentro, Juan Román Riquelme estrelló un tiro libre en el travesaño y en el rebote Nicolás Blandi (de buen partido) empujó la pelota, ella misma pasó toda la línea del meta y se introdujo completamente en arco. Sin embargo, el juez de línea, que ya corría hacia el centro de la cancha, anuló mal el gol y pocos jugadores Xeneizes reclamaron su validez.

En el transcurso del partido Boca buscó crear su juego y suministrarle la mayoría de pelotas a Blandi, pero todo decayó al instante en el cual Riquelme tuvo que salir de la cancha. La lesión del “Torero” en el izquiotibial izquierdo sólo le permitió jugar hasta los 30 minutos del primer tiempo. Allí se dio un quiebre en la trayectoria del encuentro. Porque las piernas de Román no sólo son capaces de brindar proyección a un equipo de no sabe muy bien a qué juega sino que también dan seguridad. Juan Sánchez Miño fue el que reemplazó al “’10” y el que intentó, de alguna manera, suplir su ausencia. Sin embargo, todo quedó en una simple intención.

En la segunda parte, Boca, siguió con la misma cara y por momentos se quedó dormido. Pero Belgrano no lo supo ganar. Los cordobeses respetaron en demasía a su rival y de esa manera le dio una vida más. En una de las mejores jugadas del equipo de Carlos Bianchi estuvo la oportunidad más esperada del partido. Hacer un gol. Allí, Juan Manuel Martínez tomó la pelota e hizo confundir a toda la defensa ‘’Pirata’’. ‘’El Burrito’’ brindó un gran pase para Fernández y el pibe se metió en el área, sin pedir permiso, para convertir su gol. Pero su pierna derecha no le permitió tomar el mejor perfil para hacer chocar el balón contra la red y así se esfumó la mejor ocasión de gol para el último campeón de la Copa Argentina.

De esta manera, Boca Juniors se ubica con nueve puntos en el torneo y llega a la misma ubicación que Vélez. Los dos conjuntos participan en los octavos de la Copa Libertadores, el primero se enfrentará con el Corinthians, el 1 de mayo en la Bombonera y el segundo jugará contra Newells Old Boys. Mientras tanto, aunque Bianchi no lo tenga muy en cuenta, en la Argentina se juega un campeonato y River es uno de los candidatos a ganarlo. En dos semanas, ambos equipos, se chocarán en la Bombonera y ‘’El Xeneize’’ todavía no encontró el equipo. Todo lleva a suponer que ‘’El Virrey’’ tendrá mucho trabajo por hacer.

Por Gastón Ezequiel Sosa.

jueves, 4 de abril de 2013

La lluvia no siente culpa

Foto: La Razón
Las gotas caen del cielo y escriben puntos sobre una hoja de ciudad. A veces, la hoja deja de ser una metrópolis y se convierte en un pueblo, barrio o calle. Esos lugares, sin dar abasto con la fuerza del agua, son destrozados por las fuertes lluvias. El líquido, que lo arroja quién sabe qué malvado, sin maldad, desde un escenario negro, dañan hasta lo más sagrado de los seres humanos. La vida. La lluvia es un elemento común desde tiempos remotos, es agua que busca una salida y si no la encuentra se entromete en cualquier hueco hasta encontrarla.

El escenario que vive por estas horas la provincia de Buenos Aires tiene que ver con todo eso y mucho más. Se trata de un país que no acostumbra, en su mayoría, a reciclar, cuidar, a no tirar en la calle papeles o desechos que tapen desagües, a no contaminar, a cuidar, al egoísmo. Y allí también están los políticos. Aquellos “elegidos” intentan aparecer en momentos ya trágicos para calmar a los vecinos que se quejan. Porque las personas que no encuentran soluciones se enceguecen al ver que pierden lo poco que tienen o lo mucho que poseen. Y en el medio la lluvia. Con su andar ruidoso y avasallante se lleva todo por delante sin tener la culpa de lo que hace.

Si son lloviznas, que simplemente molestan, o si se trata de una lluvia pasajera; hasta puede sonar romántica. Pero cuando el agua cae con la fuerza de estos días y desborda los canales y los ríos, pierde toda la gracia que puede llegar a tener. Está claro que lo hace inocentemente, no busca dañar a los humanos. Sólo cae desde las nubes, con la mala suerte que el recipiente que tiene que acogerlas no es el indicado. Al contrario, es el peor lugar en donde pueden caer.

El agua busca la libertad y se desespera por eso y ahí es cuando se lleva lo que cada persona logró durante toda su vida. Incluso la vida misma, ya son más de medio centenar los muertos por esta trágica tormenta. Ahora los ciudadanos, que son muy solidarios cuando se trata de algo grave, tratan de salvarse entre ellos, sin esperar nada a cambio. El agua se llevo muchas cosas valiosas pero si se logra mantener la calma pueden ganar todos y volver a empezar, y si se quiere, también volver a confiar en que todo puede ser mucho mejor. Sólo alcanza con que cada uno tomé conciencia del lugar que ocupa en este planeta y se proponga cambiar algo.

Por Gastón Ezequiel Sosa.

martes, 26 de febrero de 2013

Riquelme jugaría frente a Unión

Carlos Bianchi busca soluciones y parecen estar en los pies de Juan Román Riquelme. El enganche le puede dar mucho a un Boca Juniors que necesita de juego, presión, seguridad en el fondo y transporte de pelota de mitad de cancha hacia delante. Aunque no viajo junto al plantel a Ecuador, donde “El Xeneize” se va a enfrentar contra el Barcelona por la segunda fecha de la Copa Libertadores, todo lleva a pensar que el “Torero” puede volver a usar la 10 contra Unión por el Torneo Final 2013.

Cuando se confirmó la vuelta de Riquelme a Boca, se proyectó que el ingreso a las canchas se produjera el 3 de marzo y eso es lo que pasará. La idea de Bianchi es que el jugador desarrolle todo su potencial durante los primeros 45 minutos del partido y en el segundo tiempo cambiarlo para no cargarlo del todo. Eso sería el punta pie inicial para que juegue el tercer partido de la Copa donde Boca recibirá a Nacional de Montevideo en La Bombonera.

Riquelme, al juego de Boca Juniors, le puede sumar creatividad a la hora de armar el juego, seguridad en el traslado de la pelota desde la defensa a los delanteros, proyección de los laterales (Román es el mejor socio de Clemente Rodríguez), y algo fundamental, la presión. Los equipos de Bianchi se caracterizan por presionar a los rivales y no dejarlos jugar, por eso la idea del “Virrey” es que se ataque con siete jugadores.

En el transcurso de está semana, Juan Román, intensificará sus trabajos técnicos, físicos y tácticos para poder aumentar las cargas y asi, junto al profe Alfano, llegar de la mejor manera al fin de semana. Esta claro que “El 10” no tiene todas las soluciones en sus botines, pero será de gran ayuda a un equipo que por momentos no sabe a qué juega y pierde la brújula.

Por Gastón Ezequiel Sosa.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Argentina venció 3 a 2 a Suecia

Ante 40 millones de espectadores Argentina pareció entrenar a puertas abiertas. El equipo de Alejandro Sabella, en su primer amistoso del año, venció por 3 a 2 a Suecia. Con dos goles de Gonzalo Higuaín y uno de Sergio Agüero, el conjunto nacional vapuleo con velocidad y buen juego a su rival.

El viento parece ser más lento cuando corren los delanteros argentinos. La rapidez que desarrollan las piernas de Angel Di María, Leonel Messi, Agüero e Higuaín es de otro planeta y hoy se notó la diferencia. Aunque los defensores y el arquero Sergio Romero no brindan la seguridad requerida, de mitad de cancha hacia delante el equipo cambia. Hay combinaciones seguras, pases milimétricos y proyección de los laterales. Pero la clave es cuando Di María, Leo o el “Kun” avanzan con la pelota, allí se puede observar el temor en el rostro del rival.

Suecia pudo descontar dos veces, primero a los 17 de la primera parte a través de un cabezazo de Jonas Olsson y luego, cuando moría el partido, con Rasmus Elm, de tiro libre. Esos tantos reflejaron una irrealidad en el campo de juego porque Argentina fue todo. En la previa se sospechaba otro partido, por lo menos más parejo, porque los suecos tienen un buen presente en las eliminatorias europeas y cuentan con un goleador de raza como lo es Zlatan Ibrahimovíc. Sin embargo, a la Argentina se le está haciendo costumbre ganar cada partido.

El equipo de Messi, que tira caños y amaga rivales como quien escribe mamá en un papel, lleva 12 partidos invictos y una ilusión que cada día se marca más, la de ser Campeón del Mundo en el 2014. Lo mejor de este equipo es que es un equipo, que Di María, hoy asistidor en el gol de Agüero, toma la posta de conductor y se la da a Leonel sin problemas y que arriba Higuían y el “Kun” saben que hacer. Los goles dan confianza y eso es lo que necesita este conjunto en la defensa porque al momento de defender no hay seguridad. En la altura se pierden casi todas las pelotas y el arquero (de mediocre actuación) hace lo que puede.

Por Gastón Ezequiel Sosa.