miércoles, 26 de junio de 2013

Sólo Ángeles Rawson sabe quién fue

Caminaba por la calle como cualquier otro día. Se dice que iba o que volvía del colegio. Algunos ni siquiera saben si llegó a algún lugar de los que por esos días era común que se la encontrara. Mientras transitaba por la calle, pocas cámaras, que luego fueron un herramienta más para la investigación, le seguían sus cortos pasos. Hasta ese momento su corazón, de apenas 16 años de vida, latía. Aquella adolescente era una chica más en la Argentina. El país no se conmocionaba al oír su nombre. Su vida, por lo que no se sabe, era normal y Ravignani 2360 no se había convertido en un lugar turístico para el morbo de los extranjeros.

Pasaron 16 días desde que encontraron muerta a Ángeles Rawson en el CEAMSE de José León Suárez, y la investigación sigue su rumbo. El encargado Jorge Mangeri, que algunos sospechan que sólo es el “perejil” del caso, continúa detenido. Dos vecinas lo acusan de acosador y ya la abogada del padre de la víctima, Franklin Rawson, va a citar a declarar a una de ellas. El padrastro, que fue indagado, por ahora sigue en libertad y la madre espera justicia. La vida de Ángeles fue detenida pero por ahora no hay ningún culpable y muchas dudas. Argentina reclama verdad y que esta vez haya responsables, que no pase lo mismo que sucedió con Candela.

Muchos especulan que detrás de esta muerte está el poder, el dinero e intereses. Los peritos dicen que no hubo abuso sexual. Sin embargo, el abogado del “portero”, Miguel Ángel Pierri dice: “Si hubo acoso sexual dejo el caso”. Entonces las contradicciones llegan, las hipótesis se instalan y la justicia sigue lenta como de costumbre. Allí la memoria empieza a recordar a Maximiliano Kosteki, Darío Santillan, José Luis Cabezas y los desaparecidos por la dictadura. En ese momento uno se pregunta si esta vez habrá condenados por muertos inocentes. Y ahí llega la esperanza de que se llegue hasta el final, los que tengan que pagar paguen y que no sólo sean los muertos los que sepan quién fue.


Por Gastón Ezequiel Sosa.

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