viernes, 21 de diciembre de 2012

Una lágrima

La lágrima se desprende del lagrimal sin saber dónde caerá. Hay de muchos estilos; de tristeza, de soledad, de felicidad, de amor, de las más sinceras, de desamor, pero de una sola razón que es la emoción. Hay lágrimas blancas y negras. Porque la lágrima no discrimina ningún sentimiento. Lo único que hace es arrojarse a una superficie incierta y cuando llega rebota como cualquier gota de agua. Sale del ojo, que es el responsable de observar todas las situaciones y también es el culpable de generar las lágrimas que van a caer más tarde. A veces llega a la boca, que en muchas ocasiones dice frases o palabras que la generan, en otras oportunidades va hasta la garganta y desaparece en la piel.
Sin embargo, hay algo que hace la lágrima que la gente no se atreve a hacer, ella habla por uno mismo, dice, con gotas de agua salada, todo lo que pasa por nuestras cabezas. Nunca hay que subestimar a una lágrima, porque aunque parezca mentirosa siempre dice algo. Uno nace y conoce lo que es una lágrima, es lo primero que uno ve cuando sale de la panza, y esa sensación se da muchas veces en la vida.
Las personas en situaciones quieren esconder sus lágrimas, y prohibirle la libertad de rodar por el rostro hasta desaguarse en cualquier sitio. Otros seres humanos dan rienda suelta a sus lágrimas y las dejan recorrer cualquier hombro, cara o mano todo el tiempo. Quizás las desechan por costumbre o simplemente no saben administrarlas, pero son de las que se emocionan y sienten las cosas de una manera muy profunda.
Las lágrimas hacen mucho y se ocupan de revelar los sentimientos de toda la gente. En las lágrimas están las personas que amamos, están los sueños y las buenas acciones. Las lágrimas saben que son importantes y por eso nunca se acaban.

Por Gastón Ezequiel Sosa.

1 comentario:

  1. Me encanto como ninguno!! Sos un excelente escritor!! Y no dudo q seras un maravilloso periodista.
    Te amo
    Jesi

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