lunes, 8 de noviembre de 2010

El taxista Néstor

El auto había quedado en un garaje de la Av. Corrientes. Los reclamos por un país mejor se habían estancado en el año 2001, cuando comía con cinco pesos. “Gracias a esté hombre me pude comprar mí taxi, antes era chofer y no llegaba con la plata a fin de mes”, confiesa Néstor Vallejos, un señor de 50 años de edad que vive en el barrio de Floresta. Es taxista, es afiliado a la UCR y apoya el proyecto del Frente para la Victoria. Todos los días, a la mañana, sale a la calle con la incertidumbre de saber si va a volver a la casa. Pero tras la muerte del ex presidente Néstor Carlos Kirchner, decidió no salir a trabajar. “Preferí venir acá antes de laburar y tener que pelearme con las viejas adineradas que critican al gobierno”, dice esté hincha de Boca Juniors.
Sólo, con su remera azul y su jean gastado, pretende ingresar a la casa de gobierno para despedir al esposo de la presidenta Cristina Fernández, que falleció a los 60 años, a causa de un paro cardiorespiratorio no traumático.
Cuando murió Raúl Ricardo Alfonsín, vio su velorio por la televisión, y se había quedado con una cuenta pendiente de no haberlo despedido. Por eso ahora, se acercó a la casa Rosada para acompañar y estar presente con todos los que querían al ex gobernador de la provincia de Santa Cruz.
Las vallas de contención ya lo chocaban, los hombres de negro con pechera naranja lo recibían en la entrada, estaba próximo a ingresar al salón de los Patriotas Latinoamericanos, para ver al hombre que reactivo al país en el 2003.
El sueño de dejarle a su hijo una Argentina de pie seguirá siendo la meta del taxista Néstor.

Gastón Sosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario