Era una noche de luna llena, oscura y mágica. Nacía yo, José Román Holón. Mi padre, Agustín, era fanático del Club Atlético River Plate y por lo tanto yo iba a ser hincha de ese club. Claro, como yo era chico no podía decidir de qué cuadro era, pero cuando me fui dando cuenta del daño que me estaba haciendo mi papa, cambie de opinión. Yo oía que el Club Atlético Boca Juniors siempre ganaba o cuando ponía la tele y perdía enseguida daba vuelta al partido. Veía que Boca tenía más aguante que River y la doce más pasión que la catorce.
Llegaban mis diez años y todavía no había visto a River salir campeón de la Copa Intercontinental , mientras que a Boca Juniors ya lo había visto dos veces levantar ese trofeo. Mi cumpleaños es el 23 de febrero y ese año caía domingo. Mi tío Osvaldo, al que le debo muchos años de felicidad, tenía un regalo especial para mí. Me iba a llevar a ver un Boca-River en la Bombonera.
Era mi primer súper clásico, era muy especial para mí. Ese domingo me desperté muy temprano y le comenté a mi mamá que estaba re contento, mi madre me pregunto: “¿Es por tu cumpleaños?”, y yo le dije que no, que era porque el tío me iba a llevar a la Bombonera. Me vestí todo con los colores de River, pero cuando llego mi tío me hizo cambiar y me tuve que poner todo con los colores de Boca ya que él es de ese club y ese mismo día me había traído una bolsa llena de cosas del club de la Rivera. Mi papá también iba a ver el súper clásico, pero a la tribuna de River.
Nos tomamos el 152 y llegamos. La mismísima Bombonera estaba enfrente de nosotros, era un brillante anillo de fuego y sangre, lo invadían colores, la pasión y muchas cosas más. Todo era distinto a la cancha de River. Vivimos el partido de una forma espectacular. Boca le gano a River por 4 a 0 con una actuación impresionante de Juan Román Riquelme y dos goles de Martín Palermo. Yo ya me decidía a ser hincha de Boca Juniors. En cambio vos papá, estabas en la tribuna de enfrente triste, usando de pañuelo una bandera de River que siempre llevábamos juntos al Monumental, te miraba y estabas desconsolado. Mientras el tío, yo y toda la cancha festejábamos.
Por dos años estuvimos enfrentados pero hoy te diste cuenta y te pasaste de bando.
Che Viejo, ¿vamos a la Bombonera?.....
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