domingo, 14 de octubre de 2012

Historias detrás del cemento

La cancha de Fénix fue rebautizada en el año 2009: ahora se llama Carlos Barraza. Su gerenciador, César Mansilla y Barraza fueron amigos toda la vida y seguían la campaña de Fénix todos los sábados. Una tarde, después de un partido, Mansilla y Barraza volvían hacia sus hogares, en el camino, ambos se preguntaron cuál debía ser la denominación del estadio: “Vamos a ponerle el nombre del primero que muera”, sugirió Mansilla. Hace tres años falleció Barraza. Luego de haber estado en el barrio de Colegiales y por amenazas de desalojo del Gobierno Militar, tuvo que abandonar el lugar en el año 1978. Allí fue local en la cancha de Excursionistas, hasta que consiguieron radicarse en la provincia de Buenos Aires en 1998. Barraza, con ayuda de la municipalidad de Pilar consiguió que el equipo se mudara y que esa localidad tuviera un equipo que jugará en la primera D. Para rendirle homenaje a Barraza, Mansilla organizó un partido entre las glorias del club y el Club Acassuso. “Era un fanático del fútbol. Además, era hincha de Independiente, fanático de Ricardo Bochini y de Central Córdoba de Rosario. Le preguntabas la formación de cualquier equipo de la década del 60’ y te lo decía de memoria, era una persona espectacular”, recordó César Mansilla.

A otro estadio que le modificaron su nombre fue al de El Porvenir. Antiguamente se llamaba Enrique de Roberts, un hombre que había sido presidente del club, y bajo su mandato se habían establecido que los colores del equipo fuesen el blanco y el negro a rayas verticales. Sin embargo, la comisión directiva, sin el aval de los socios, decidió cambiarle el nombre a la cancha. Fue así como pasó a llamarse “Estadio Gildo Francisco Ghersinich”, en honor a un dirigente que se desempeña en el club desde el año 1964. Enrique Merelas, presidente de la entidad y quien consiguió las escrituras del estadio y del club, dijo que “Gildo trabajó mucho por El Porvenir y que a esa gente hay que hacerle los homenajes en vida, no cuando ya no están más”. Ghersinich es vicepresidente primero del club desde 1991 y vitalicio tras cumplir 66 años como socio activo, pero en su vida personal fue empleado administrativo. Ahora a los 80 años ayuda a la institución desde su casa y dijo: “Por razones de salud no voy mucho al club, ya me hicieron tres bypass. No puedo hacerme problema ni mala sangre, por eso me traigo la parte contable a mi hogar. Dentro de lo que puedo colaboro, pero igual este es mi último año en el club”.

De todas maneras, no todos los estadios tienen nombre. El Club Atlético Excursionistas posee su cancha en el barrio de Belgrano pero todavía no fue bautizada. A la cancha, en la que René Houseman tiró sus primeras gambetas, se lo conoce como "Pampa y Miñones" o "El Coliseo del Bajo Belgrano"; y aunque nunca tuvo un nombre oficial, el club “Villero” es la única institución directamente afiliada a la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) que jamás mudó su estadio de lugar.

Por: Lorenzo, Fuentes y Gastón Ezequiel Sosa.
Foto: Germán Lorenzo y Blog “Soy del Porvenir”

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