domingo, 23 de septiembre de 2012

Vélez venció a San Lorenzo

Partido trabado en el Bajo Flores
Sábado ventoso y soleado. Empezaba a nacer la tarde que luego del partido, que disputaron San Lorenzo y Vélez, moriría. La villa 1-11-14 detrás del las cabinas de transmisión eran el decorado de un lugar lleno de incertidumbre y coches caros estacionados en la calle. Los trapitos ya acomodaban los autos y la gente se aprontaba a ingresar al estadio Pedro Bidegain, más conocido como “Nuevo Gasómetro”. El marco del terreno de juego era una tribuna popular repleta, dos que todavía tenían azules por llenar y una cabecera que estaba en soledad por la restricción del ingreso del público visitante. Mientras los hinchas del “Fortín” lo miraban en pantallas gigantes desde su estadio, en el Bajo Flores empezaba a rodar la pelota. Un objeto que fue menospreciado por los jugadores durante gran parte del encuentro.

En la previa el partido prometía brindar el espectáculo de un clásico, pero los hechos fueron diferentes. Caruso Lombardi vivió todo el encuentro de pie, lo observo detenidamente, se quejó, se acomodó el pelo y maldijo. En cambio, Ricardo Gareca dio indicaciones y estuvo sentado durante casi todo el cotejo. El árbitro Germán Delfino pitó el inicio y Julio Buffarini y Enzo Kalinski le dieron la energía a un San Lorenzo que parecía estar dormido. El volante azulgrana, con  sus risos de príncipe de un cuento de hadas, fue el primero en darle un susto a Germán Montoya, pero Lucas Pratto respondió con un centro que casi se le mete a un Pablo Migliore que parece ser el único que tomó conciencia de lo que le pasa al equipo. Hasta que a los 13 minutos, una jugada de pizarrón, terminó con un centro pasado que Emiliano Papa (futbolista que jugó por el artículo 225 dado que Peruzzi volvió lesionado de la Selección) bajó por la izquierda para Facundo Ferreyra, quien acaricio la pelota a la red como un asesino clava una daga en el cuerpo de la víctima. Allí Vélez se despertó y fue mucho más que “el Ciclón” aunque ninguno de los dos jugaba demasiado bien para llevarse una merecida victoria. Los de Gareca con tiros desde afuera del aérea preocupaban a un Caruso que no hacía más que buscar una respuesta en el cielo.

A quince minutos del final, tras un córner desde la izquierda y una serie de rebotes, Denis Stracqualursi acomodó el balón con el brazo y le rompió el arco a Montoya con un disparo alto. Las quejas de los jugadores de Vélez no tardaron en llegar y el partido se calentó. El primer tiempo terminó empatado, con sustos en las dos aéreas y poco juego en el césped.

La segunda etapa empezó con un Pablo Alvarado, que cumplía 100 partidos con la camiseta de San Lorenzo, con su cabeza vendada y no se sabía el por qué (luego se supo que hubo una pelea en el vestuario). Pero no tuvieron un comienzo encendido, como si habrá sido la charla de Caruso en el entretiempo. El anfitrión parecía más decidido a ir a buscar el partido pero por sus propias limitaciones no encontraba la punta del ovillo, mientras la visita se agazapaba a la espera de una chance para avanzar en el marcador. Y el momento llegó a los 19 minutos. Pratto habilitó en profundidad por la derecha a Ferreyra para que definiera bajo y bien pegado al segundo palo del arquero azulgrana. El aérea del ataque de San Lorenzo se oscurecía con el ocultamiento del sol y también se oscurecía un futuro que necesita de victorias. Porque si el sábado a las 20:20hs; cuando visite a Racing Club en Avellaneda, pierde, y se dan otros resultados, quedaría tercero, de abajo para arriba, en la tabla de los promedios. Falta mucho, pero no hay que dormirse porque el fantasma del descenso puede volver a aparecer por el Bajo Flores. Mientras que Vélez Sarsfield, con esté 2 a 1, disfruta de un presente que con estos 3 puntos lo ubica segundo en el torneo Inicial 2012.

Por Gastón Ezequiel Sosa.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Roberto Mariani: “Con los representantes se comercializan los seres humanos”

El poco pelo canoso deja en evidencia la experiencia de Roberto Mariani. Fue ayudante de Carlos Bilardo en el mundial de México 1986 y en Italia 1990, dirigió las inferiores de San Lorenzo e hizo surgir a Leandro Romagnoli, Agustín Orión, Guillermo Franco, entre otros. “Yo me fijaba que al club le quedara algo del jugador al momento de venderlo, ahora a veces el club es dueño de un pequeño porcentaje del jugador y le queda muy poco”, dice el hombre que dirigió también en el fútbol chileno.


-¿Esta bien que cada categoría de las inferiores tengan a técnico y a su entrenador de arqueros?
-No sirve que cada categoría tenga un técnico, un ayudante, entrenador de arqueros y preparador físico. Lo ideal es que tengan un técnico cada tres categorías. Por ejemplo, en la epoca que estaba con Bilardo, él no quería entrenadores de arqueros.

-¿Se trabaja bien en las inferiores de la Argentina?
-No, el único equipo que veo que hace las cosas bien es Newell’s. Los técnicos trabajan para ganar y no para formar jugadores. Se olvidaron de la técnica, ya no quedan enganches, ahora todo el más físico. Para mí primero esta la técnica, después la táctica y por último lo físico.

-¿Cómo trabajaba en su epoca con los futbolistas que llegaban al club?
-Cuando se venían a probar los chicos, se entrenaba todo el día. Se hacían trabajos puesto por puesto y con trabajos específicos. Despues se hacía un partido y se elegía. Pero igual no era sólo un día, los chicos venían 4 ó 5 veces porque pueden tener un mal día y te perdes una joya. Ahora los representantes traen un jugador y lo colocan en el club, ellos comercializan los seres humanos.

-¿Cómo que comercializan a los jugadores?
-Claro, yo privilegiaba los derechos del club, porque cuando llegaba un jugador y era descubierto por nosotros, se le aclaraba a los padres que el jugador era del club. Ahora capaz que un equipo vende a un jugador y le termina quedando poca plata porque hay muchos porcentajes y uno es el del representante.