Treinta y cinco años después

Está con sus amigos en Mar del Plata, la dictadura ya pasó. El 24 de marzo de 1976, cuando comenzaba la dictadura militar en Argentina, él ni siquiera vivía. Era sólo un proyecto entre dos personas que no se conocían. Leyó, escribió, escuchó, pero nunca lo vivió. Para él es normal encontrarse con sus amigos en una esquina y ver pasar a la policía por su lado. No tiene miedo. Sin embargo su padre lo tuvo. Hace 35 años la vida en Buenos Aires era otra, estaba llena de desaparecidos. Entre ellos había hijos, novios, padres y hermanos. Gente que iba contra el gobierno militar y desaparecía como si nada hubiera ocurrido. Ahora Luciano Koch, está en la Cuidad Feliz, con sus amigos, disfrutando de un fin de semana largo. Sabe lo que pasó. Tiene 20 años y hace exactamente dos décadas que viene escuchando lo mismo. Cree que sabe todo lo que sucedió, pero en verdad nadie lo sabe. Cada tanto se van descubriendo mentiras y reconociendo identidades. Estudia periodismo. Quiere contar al mundo lo que esta pasando, sueña con hacerlo algún día. Sin embargo hace 35 años no se podía hacer eso, todo se escondía. Algunos periódicos reflejaban una realidad que no era. El mundial de 1978 opacaba la tristeza del pueblo. Siempre se encontraba algo para poder demostrar que la casa estaba en orden, pero no era asi. Lucho esta con sus amigos, se mueve por el país con sus pensamientos, nadie lo hace callar. Vive en democracia, pero sabe que antes no se vivía de esa manera. Lo sabe porque su padre se lo contó y porque sus profesores de la escuela se lo demostraron. Su papá, Alberto Koch, fue uno de esos tantos detenidos. Pensaba diferente, iba contra la corriente. Alberto estuvo detenido, era uno más, no tenía apellido. Tuvo suerte. Hoy está con Luciano y comparte su mesa en cada comida, hoy tiene ese hijo que soñaba.  Lo soltaron por tener amigos con poder, por suerte lo soltaron. Ahora es papá, tiene su hijo y espera que Lucho, pueda vivir su vida tranquilo y que pueda elegir. Sólo eso quiere.

Gastón Sosa.