En
un ambiente como el futsal, las diferencias entre los hombres y las mujeres son
notorias. Los varones cuentan con un viático de $3000 y premios por partido
ganado, mientras que algunas chicas cobran sólo $800 y otras no reciben nada e
incluso tienen que pagar para jugar. Además, las mujeres entrenan en canchas
sin iluminación, con baldosas partidas y arcos sin redes. A los encuentros sólo
acuden los familiares, mientras que los hombres tienen una hinchada que los
acompaña en todos los partidos.
El equipo de futsal femenino de Racing Club entrena tres veces por
semana, en Villa del Parque. Allí, sus 25 jugadoras, entre primera y tercera,
practican en una deplorable cancha de fútbol 5. Sus arcos no tienen siquiera
redes, las baldosas están partidas, algunas incluso faltan y las pelotas
deshilachadas no son las adecuadas para entrenar. Sin embargo, los fines de
semana al momento de afrontar un partido por el campeonato de AFA se trasladan,
cada una por propio medio, hacia el Polideportivo Jorge Camba, en el estadio
del club, para jugar en la cancha de parquet. La institución de Avellaneda les
proporciona sólo la indumentaria para jugar los partidos y si pierden alguna
prenda la tienen que pagar. Pese a los inconvenientes a los que se enfrentan,
son protagonistas de cada torneo. “El jugador de futsal masculino de Racing
tiene beneficios que la mujer. Si nos llenamos la boca con decir de trabajar
por una amplitud de géneros en el club tendría que haber una equidad en ese
tema. Al menos las primeras divisiones, al margen que sean mujeres u hombres,
tendrían que tener las mismas ventajas”, dice Diego Baliña, director técnico de
“La Academia ”.
Los
varones Racing, que hace más de 10 años que están en la actividad, entrenan en
la misma cancha y con los balones con los que juegan los fines de semana. Otra
diferencia es que las mujeres pagan una cuota social para jugar y los hombres
no. Por el lado de San Lorenzo de Almagro, el director técnico, Alejandro
Almeyra contó que “algunas de las chicas reciben algún viático pero no todas,
los chicos cobran todos inclusive premios por partido ganado y obviamente un monto
mayor”.
Desde
hace cuatro meses, River Plate, también tiene un equipo de futsal femenino. Ellas
entrenan sólo un día en el mismo sitio en donde juegan los partidos oficiales,
luego lo hacen dentro de la cancha de handball o en el playón del club que
tiene goteras, y un piso de cemento con varios pozos. Sin embargo, los chicos
entrenan en el club Glorias de Tigre con piso de parquet. Las pelotas, al igual que sucede en Racing, no son las mismas que con
las que juegan los partidos. “El público que asiste a los partidos de futsal de
las chicas también varía bastante con el que va a ver un partido de varones.
Con ellas a veces vienen los familiares, amigos y novios, en cambio los chicos
tienen una hinchadita que los alienta partido a partido y asiste más gente”,
dice Julio Mariani, el director técnico de River Plate.
Aunque las diferencias son muchas y todavía falta bastante integración del género femenino al mundo del fútbol, las chicas luchan por conseguir lo mismo que los chicos. Pelean todos los días en los entrenamientos y lo demuestran los domingos al momento de correr detrás de una esfera que ellas llaman pelota.
Fotos: Germán Lorenzo- Melanie Azcona – SKY